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CAPITULO 3

SEGURIDAD EN EL CARLOS E. RESTREPO

 

El sector del Carlos E. Restrepo siendo este un espacio abierto a toda clase de público, donde las personas pueden llegar a disfrutar, observar, conversar y consumir en un lugar que transmita confianza y tranquilidad para quienes lo frecuentan, como grupo de investigación notamos dentro de lo observado y lo que se escucha, que es un lugar apropiado para todo público, teniendo muy presente que las personas que lo visitan son en la mayoría estudiantes, profesores y algunos extranjeros.

Un lugar donde respira no solo lo bohemio sino también la cultura, la estética y la educación, no podemos dejar de lado la seguridad que se vive en el Carlos E. así mismo, los testimonios de los residentes nos hablan un poco de las dos caras de la moneda, una es tratar de recuperar el lugar siendo más cultural, educativo y ecológico con la presencia de la facultad de artes, la biblioteca y las ferias que se anuncian en el año y la otra una situación polémica que se percibe en las altas horas de la noche y puntos estratégicos del barrio, aquí se menciona el uso del ruido de algunos locales, el consumo y venta de Marihuana, la prostitución, etc. Siguiendo lo anterior, el sector ha sufrido una serie de transformaciones desde su origen, una de ellas son las personas que lo residen desde hace muchos años, ellos dicen que el lugar ha cambiado en cuanto a las personas que lo visitan, dan una mirada despectiva hacia los estudiantes de la facultad, por lo que consumen y sus comportamientos en el espacio público como su forma de hablar que para ser estudiados no son educados, ya que según ellos los tiempos han cambiado y no es lo mismo de antes, pues las necesidades eran diferentes y el ambiente era mucho más familiar y sano.

Por otra parte, dentro de lo observado y las entrevistas dadas en el transcurso de la investigación, el Carlos E. es un espacio libre en muchos escenarios se permite las ventas ambulantes, el consumo de marihuana por lo que ha sido tan atractivo para muchos visitantes que lo frecuentan hace algunos años.

El Carlos E. tiene una serie de comportamientos con el tiempo durante la semana, gracias a la observación participante que tuvimos desde que iniciamos esta investigación, vemos que en la mañana es tranquilo y silencioso, en la tarde se siente la llegada de los estudiantes con sus conversaciones inusuales y particulares, además que el ruido se comienza a notar y en las noches se intensifica la música, el consumo y las personas. Aparte no podemos olvidar que este lugar cuenta con la presencia de los vigilantes, pues gracias a ellos nos dieron una visión de lo que viven en el barrio, Sebastián nos dice que cuando le toca turno de 6 a 6 la inseguridad se ve desde las 5 a las 12 pm en sus alrededores pero no en el interior del barrio, también nos cuenta que tienen una rutina de evacuar a todas las personas que estén en el Carlos E. después de las 12, dice que no hay robos en la zona de comercio y tiene una norma de no dejar entrar indigentes o personas de extrema pobreza a reciclar, pero pueden pedir monedas si estos son educados. Los problemas más frecuentes son en algunos miembros de la comunidad LGTBI que consumen drogas con la presencia de adultos mayores y que estos también los censuran por realizar estos actos y en cuanto a la prostitución saben muy bien que es un lugar público para todos, pero llegan niñas de la Iguana propiamente a realizar su trabajo, pero ellos por el contrario las tratan de retirar ya que esto puede dañar la imagen positiva que tiene el barrio.

Para añadir el barrio tiene 2 cámaras que vigilan la seguridad,  una en el parqueadero de comercio y la otra para el parque, estos con el fin de estar alertas a cualquier situación de robo que se presente.

No obstante, podemos afirmar desde nuestro punto de ver las cosas que es un lugar muy atractivo, tranquilo, seguro y agradable con la compañía del bulevar no solo observamos consumimos en los diferentes locales, vivimos la tranquilidad en cualquier día de la semana y las horas de la mañana, tarde y noche, nunca nos sentimos asustados por los “supuestos robos” que se rumoran ni muchos menos por la gente que lo frecuenta, es un sitio diferente en la ciudad que se puede conversar, fumar, comer, reír, llorar si lo prefieren pero siempre muy  acogido por quienes lo visitan y por supuesto quedamos encantados de esta investigación y seguirlo visitando para otras ocasiones.

Finalmente El Carlos E. Restrepo es un escenario abierto a todas a las personas donde puedes visitarlo, quedarte y enamorarte de él.

 

 

 

 

Es un espacio de múltiples transformaciones de diversos comportamientos, actitudes y miradas, él está envestida de historia, cultura y estética que sobresalta todas las mañanas, tardes y noches acompañada de zonas verdes, espacios para conversar y recrearse, momentos para aprender del arte y el ocio, es un lugar agradable a los gustos de cada persona, quienes lo frecuentan no dejan de ir, dicen que no lo cambiarían por nada en años, sigue igual a como lo ven antes: “un sitio para disfrutar con los amigos relajadamente y tomar cerveza”, ellos piensan que la seguridad de los celadores no les incomoda porque se sienten más confiables de estar en un lugar donde se percibe la tranquilidad a nuestro modo de pensar ha logrado que sea un espacio apropiado para todo público donde la variedad está presente en todos los rincones del Carlos E. es decir, en comercio, cine que brinda  la facultad de artes y otros eventos que circulan en un día común y corriente que todas los visitantes y residentes son bienvenidos a disfrutar de lo que ofrecen.

 Volviendo a la seguridad no es incómoda para nadie para los residentes es esencial, ya que este espacio en general no es noticia de conflictos internos de robos y prostitución salvo en algunos puntos que pueden ser vulnerables a la venta de drogas, aquí los celadores entran hacer su trabajo de evacuarlos pero este no afecta en el lugar como tal, pues no se escucha rumores ni nada que les parezca, pensamos que como grupo de investigación somos conscientes que las personas que viven pueden tener imaginarios negativos o positivos del lugar donde viven, es normal que si verdaderamente les importa el barrio donde están se preocupen por él, tal vez crean que hay problemas y quieran protestar a los superiores en solucionar estos o que el Carlos E. sufre de ventas de productos ilegales, pero la verdad radica en cómo debemos resolver estas problemáticas de una manera más adecuada, según lo que nos dice don Raúl exintegrante de la junta comunal del barrio, “los residentes no saben manejar las cosas” porque no hay necesidad de divulgar información a los medios de comunicación por cuestiones de falta de seguridad o policías, pues si ellos están presentes no habría este tipo de problemas y no existiría la droga y la prostitución, él les recomienda partir una solución más interna que estén todos los del barrio presentes y no olvidar que el sector es un espacio cultural y educativo, no tienen por qué difundir un imaginario negativo que haga que las demás personas que no lo conocen crean prejuicios de inseguridad o sentimientos de miedo que puedan dañar la imagen positiva que tiene este, si su verdadero propósito es recuperar la parte cultural hay que empezar a minimizar este tipo de informaciones y solucionarlos conjuntamente.

Sin embargo, dentro lo visto en el Carlos E. en las horas de la noche se incrementa la llegada de los policías que se ubican en puntos de estratégicos del lugar, para los residentes es muy bueno para algunos estudiantes en espacial de la facultad de artes, dicen que no hay la necesidad de que ellos estén ahí, pero es un simple comentario que no va más allá, pues no trascienden sus actividades siguen en su cuento y pasa desapercibido, de igual manera los policías no se involucran en las actividades de los estudiantes como los celadores; piensan que es un lugar para todo público, si estos no agreden a otros, las cosas siguen normales. Desde la perspectiva los policías solo están en la mira de lo que hacen los demás, para ellos su trabajo es supervisar que no halla robos, riñas, prostitución, etc.

En general con la presencia de los celadores y policías el transcurso de lo que se vive allí es de cuidado pero tratan vigilar las actividades que puedan arriesgar la vida de alguna persona si existe un conflicto que les competa a ellos. Aparte su propósito es que sea un lugar ameno y seguro para todos.

No obstante, la serie de transformaciones que tiene el sector en el día se percibe en toda la semana ya sea con ferias o sin estas, pues las mañanas hay pasividad, en las tardes armonía con la compañía de los visitantes que hablan de poesía, música, consumo  en el bulevar y demás, las noches son llenas de música, cerveza y porro, se nota los grupos de personas, esto mencionado en otras líneas es lo que puedes encontrar en un día común, en un día con feria la gente es muy alegre se interesa en lo que se vende y se involucra con el buen sentido de la palabra a culturizarse y educarse, un ejemplo es la feria del libro que estuvimos en ella hace pocos días, la idea es incentivar a los jóvenes a lectura de una manera más dinámica y que lo pueda compartir con los amigos, la gente está tranquila puede sacar sus cámaras y celulares porque cuentan con la presencia de seguridad del barrio y policías que ayudan a vigilar la feria como tal.

A nuestra forma de mirar y analizar lo que se ve en el Carlos E. no nos perturba lo que para algunos lo pueden ser como la visión que tiene los residentes, de pronto porque somos jóvenes y participamos en todo lo que ofrece el lugar, tenemos una percepción muy positiva del lugar, tanto que se ha hecho parte de nuestra rutina diaria, hablar del Carlos E. o estar en él es un orgullo, estamos tranquilos en todos los aspectos como su seguridad, el comercio y actividades.

Estamos cómodos con las personas que lo frecuentan como estudiantes, profesores u otros públicos, pues la verdad no altera ni para nuestra percepción que tenemos del lugar, pues estamos conformes de lo que vivimos en él.

© 2015 por Estefanía Toro, Daniel Arias, Daniela Urrego, Andrea Cabrera, Paola Rocha. 

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